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Instrucciones de cuidado de las aftas

¿Quién no ha sufrido alguna llaga en la boca?
Las aftas son llagas blancas y dolorosas en la boca. Suelen comenzar con una sensación de escozor. A esto le sigue una mancha roja que se vuelve blanca y que molesta moderadamente.

Las aftas aparecen con mayor frecuencia en la lengua, en el interior de las mejillas y en el interior de los labios. Pueden llegar a ser muy dolorosas, llegando a provocar que tu hijo no hable, coma y beba con normalidad.

Una afta puede formarse tras una lesión o un estiramiento de los tejidos de la boca. Esto puede ocurrir, por ejemplo, durante un procedimiento dental o una limpieza dental, por eso en Miravéco vamos con mucho cuidado para evitar estas molestias y avisamos de la importancia de no morderse la lengua o el interior de la mejilla cuando estamos con anestesia. Otras causas son las infecciones, ciertos alimentos y el estrés. Las aftas no se contagian de persona a persona.

El dolor del afta de tu hijo debería mejorar en 7 a 10 días y debería curarse completamente en 1 a 3 semanas. En la mayoría de los casos, las aftas desaparecen por sí solas. El tratamiento casero puede aliviar el dolor y las molestias. Si tu hijo tiene una afta grande o profunda que no parece mejorar después de 2 semanas, es importante traerlo a la clínica para poder recetarle un tratamiento específico.

Los cuidados de seguimiento son una parte fundamental del tratamiento y la seguridad de tu hijo. Asegúrate de acudir a todas las citas, y llámanos si hay alguna complicación o imprevisto con la recuperación.

¿Cómo puedes cuidar las aftas de tu hijo en casa?

Es importante que el niño o niña beba líquidos fríos, como agua, o que coma helados de sabores o zumos granizados. Aconsejamos utilizar una pajita para evitar que el líquido entre en contacto con el afta.

Dale a tu hijo alimentos suaves y blandos que sean fáciles de masticar y tragar. Entre ellos se encuentran los helados, las natillas, la compota de manzana, el requesón, la pasta hervida, los huevos cocidos blandos, el yogur y las sopas de crema.

Corta los alimentos en trozos pequeños, hazlos papilla o puré. De este modo, el pequeño podrá masticar y tragar los alimentos con mayor facilidad.

Mientras se cura el afta, tu hijo deberá evitar el chocolate, los alimentos picantes y salados, los cítricos, los frutos secos, las semillas y los tomates. Estos alimentos podrían irritar e inflamar el tejido.

No le des a un niño dos o más medicamentos para el dolor al mismo tiempo, a menos que el médico te lo haya indicado.

Utiliza un cepillo de dientes de cerdas suaves. Asegúrate de que tu hijo se cepille los dientes con cuidado y no dudes en llamar a la clínica si las molestias persisten y la llaga no acaba de cicatrizar.

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