La halitosis es un síntoma clínico que afecta a más del 25% de la población y un 50% la han sufrido alguna vez en su vida.
Sus causas pueden ser múltiples, desde una mala y escasa higiene bucal, hasta enfermedades como la gastritis crónica, aunque la gran mayoría de casos tienen su origen en la propia boca.
El mal olor de la boca se produce por descomposición bacteriana de restos de alimentos entre los dientes, de saliva, de células de la mucosa oral o de sangre, que producen sustancias volátiles como ácidos grasos simples como el ácido butírico, ácido propiónico, ácido valérico y componentes de sulfurados derivados de las proteínas como la putrescina y cadaverina.
Aquí te revelamos 8 aspectos a tener en cuenta para prevenir la temida halitosis:
1. Revisiones periódicas
Las visitas regulares al dentista desempeñan un papel importante en la higiene bucal. Además de las revisiones periódicas para comprobar si las encías y los dientes están sanos, te aconsejamos que reserves una limpieza dental profesional al menos dos veces al año. De esta manera, el mal aliento puede ser tratado profesionalmente y se puede tratar su origen tempranamente.
2. No te olvides de la lengua
A la hora de cepillarse los dientes, mucha gente se olvida de que puede haber una capa de bacterias todavía presente en la lengua. Aconsejamos cepillar la lengua al igual que los dientes para conseguir una limpieza óptima. Cepillarse la lengua o invertir en un raspador lingual ayudará a reducir el mal aliento.
3. ¡Mantente hidratado!
¡Vive con una botella de agua cerca! Mantenerse hidratado es importante si quieres reducir el mal aliento. Beber agua ayuda a activar las glándulas salivales, que limpian la lengua y los dientes de cualquier partícula de comida que se haya quedado atrás a lo largo del día.
4. Vigila tu consumo de alimentos
Recuerda que hay muchos alimentos que pueden agriar tu aliento. Los alimentos más comunes son la cebolla y el ajo, que pueden permanecer en la boca incluso después del cepillado. Las sustancias químicas que causan el olor viajan por el torrente sanguíneo y llegan a los pulmones, donde sigues exhalándolas, aunque te hayas cepillado los dientes después de comer.
5. Limpiar entre los dientes
Además de cepillarse los dientes dos veces al día, es importante seguir utilizando el hilo dental o los cepillos interdentales con regularidad. Usar el hilo dental a diario ayudará a prevenir la acumulación de placa, que alberga más bacterias en los dientes. Estar al tanto de esto evitará que el mal aliento se forme más rápido.
6. Vigila tus hábitos de bebida
Siempre es difícil rechazar un café negro fuerte por la mañana, pero ten en cuenta que algunas bebidas pueden crear olores fuertes cuando exhalas. Por ejemplo, el café y el alcohol contienen un fuerte residuo que puede adherirse a la placa existente, donde las bacterias pueden acumularse mucho más rápido de lo habitual.
7. Dejar de fumar
Para muchos esto es más fácil de decir que de hacer, sin embargo, fumar afecta a la salud en general y contribuye en gran medida al mal aliento. Los productos del tabaco también afectan a los niveles de humedad de la boca, lo que puede provocar un olor rancio y desagradable. ¿Quieres dejar el hábito? Reserva una cita con nuestros higienistas dentales hoy mismo y estarán encantados de hablarle de los inmensos beneficios de convertirse en no fumador.
8. Prueba un caramelo de menta sin azúcar
Los caramelos de menta sin azúcar son una solución rápida si quieres cubrir el mal aliento. Chupar un caramelo de menta sin azúcar te ayudará a refrescar el aliento, y también a aumentar la saliva, ayudando a humedecer la boca y a liberar cualquier residuo de comida. Si vas a utilizar un enjuague bucal después de comer, utiliza una versión sin alcohol.