Sabemos que sostener niveles altos de estrés de forma continuada puede provocar una serie de problemas mentales y físicos.
Cuando vivimos situaciones de estrés aumenta el cortisol en nuestro organismo, generando más cantidad de esta hormona, lo que lleva a nuestro cuerpo a debilitar el sistema inmunitario y hacer que seamos más propensos a sufrir enfermedades.
De hecho, se han encontrado vínculos entre el estrés y afecciones tan graves como la obesidad, las enfermedades cardíacas, el Alzheimer, la diabetes y, por supuesto, problemas de salud mental como la depresión.
Aunque no suene tan grave como algunas de las afecciones anteriores, el estrés también afecta directamente a la salud bucodental, ocasionando diferentes patologías:
Enfermedad de las encías
Entre los múltiples síntomas del estrés en la boca, se observan las enfermedades de las encías que pueden hacer que los dientes pierdan soporte.
Otros problemas de salud bucodental se manifiestan así: sangrado de las encías, mal aliento, y dolor de cabeza.
Es posible que abordar los problemas de salud bucodental no elimine el estrés, pero puede ayudar a evitar que el problema se agrave y también que se produzcan problemas mucho más graves en el futuro.
Rechinar los dientes
Una consecuencia del estrés es el bruxismo. El dolor de mandíbula, de la articulación y la sensibilidad dental pueden aparecer en momentos de tensión. El estrés que lleva a rechinar los dientes puede ser un factor que limita la calidad del sueño por la noche, de nuevo un efecto secundario que sólo sirve para impulsar el “ciclo del estrés”.
Afortunadamente, el rechinamiento de los dientes con la ayuda de un profesional de la odontología que dará pautas para tratar en casa y valorar la colocación de una férula de descarga.
Estrés y mala higiene dental
Las personas que sufren de estrés tienen una mayor tendencia a desatender su salud en general y también su salud oral.
Una persona con mucho estrés puede omitir el cepillado de los dientes, no usar el hilo dental, o realizar de forma sistemática un cepillado superficial a sus dientes. También puede llevar a la ingesta habitual de alimentos que se consideran “recompensas”, concretamente los que tienen un alto contenido de azúcar y que son dañinos para el esmalte.
Estrés y salud bucodental: cómo afrontar los problemas
La falta de sueño reparador provocada por el exceso de cortisol lleva al cansancio que se intenta compensar entregándose al café y al tabaco con el objetivo de ponerse en marcha. Abordar la salud bucodental es un paso para frenar el progreso del estrés y también para garantizar que, cuando éste disminuya, no haya causado daños a largo plazo.
Comienza con una buena higiene bucal y ser consciente de los hábitos que ayudan como cepillarse con regularidad, usar el hilo dental, utilizar cepillos interdentales, evitar el exceso de azúcar y fumar y beber alcohol en exceso. Además es fundamental mantener revisiones periódicas con un dentista y los tratamientos profesionales con un higienista.
Revisiones periódicas
Acudir a las revisiones periódicas con el dentista no solucionará el estrés, pero permite combatir a tiempo sus efectos en tu boca para detener un daño mayor.
Además, acudir al dentista puede ser fuente de tranquilidad al asegurarse que se corrigen los problemas bucodentales que haya podido ocasionar el episodio de estrés, sin más consecuencias.