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Muchos pensamos que cepillarse los dientes tres veces al día es suficiente para mantenerlos limpios y evitar problemas de salud dental, ¿verdad?

La experiencia nos indica que no necesariamente esto es así. El mero hecho de cepillarse los dientes no garantiza que se eliminen las bacterias y la acumulación de placa de la boca.

En este artículo veremos algunos de los errores que puedes estar cometiendo al cepillarte los dientes y que hacen poco efectivo su resultado. 

1. No cepillarte durante el tiempo suficiente

El fallo más extendido a la hora de realizar la higiene bucal diaria es realizarla de forma rápida e inconsciente. 

Te recomendamos que te cepilles los dientes mínimo durante 2 minutos, dos veces al día. No dejes tu cepillado antes de ir a la cama. Solemos cepillarnos una media de entre 45 y 70 segundos al día, es decir, entre 23 y 35 segundos cada vez si lo hacemos dos veces al día, lo que supone menos de la mitad del tiempo recomendado. 

Si usas un cepillo de dientes normal te recomendamos utilizar el temporizador de tu teléfono, el reloj o un de arena para controlar y asegurar el tiempo que requiere un buen cepillado. La mayoría de los cepillos eléctricos “zumban” a intervalos de 30 segundos, de modo que puedes dividir tu boca en 4 zonas, de arriba a abajo, de izquierda a derecha, y dedicar 30 segundos a cada sección.

2. Enjuagar la boca después del cepillado

Un mantra común que repiten nuestros higienistas es “escupe, no te enjuagues” después de cepillarte los dientes (eso incluye el enjuague con agua y con colutorio). Al enjuagar los dientes, se elimina el flúor y las propiedades protectoras de la pasta de dientes del esmalte.

Suele ser un gesto difícil de adquirir, pero, como ocurre con cualquier rutina nueva, cuanto más tiempo consigas mantenerla, más fácil te resultará convertirla en hábito.

3. Usar la pasta de dientes equivocada

Aunque no existe la “mejor” pasta de dientes para todas las personas del mundo, asegúrate de que tu pasta de dientes contiene flúor en la cantidad suficiente: para los adultos, está entre 1.350 y 1.500 partes por millón, que se lee como ppm en el tubo. El flúor es fundamental para prevenir las caries.

Si eliges alternativas veganas revisa si contienen flúor ya que muchas marcas lo excluyen de su formulación, el flúor a estas concentraciones según la FDA, no es tóxico.

4. Cepillarse en el momento equivocado

Lo primero que quieres hacer cuando te sientes enfermo es coger el cepillo de dientes para quitarte el mal sabor de boca. No lo hagas. Cuando enfermamos nuestro organismo se acidifica, sería comparable a beber o comer alimentos ácidos (piensa en tu zumo de la mañana), y este ácido elimina la capa protectora de saliva que normalmente hay en los dientes haciendo que el cepillado sea más abrasivo. 

Te recomendamos que esperes 30 minutos para que el analgésico que tomes reduzca tu estado de inflamación antes de cepillarte para dar tiempo a que esta capa se recupere (puedes enjuagarte la boca con agua o con un colutorio para quitarte el mal sabor).

En el otro extremo de la escala del cepillado a destiempo, está el no cepillarse en absoluto. La limpieza nocturna es la más importante para poder eliminar los depósitos que se han acumulado por comer y beber durante el día, así como para eliminar las bacterias que son la causa tanto de la caries como de la enfermedad de las encías. ¡No te la saltes por cansacio!

5. Cepillarse demasiado fuerte

Utilizar una técnica incorrecta de cepillado, junto con excesivo vigor, puede desgastar los dientes y provocar un retroceso de las encías. Cepillarse con más fuerza no dejará los dientes más limpios. Muchos cepillos eléctricos tienen un sensor que hace parpadear una luz si te cepillas con demasiada energía y dureza.

Debes cepillarte en un ligero ángulo, en lugar de hacerlo en ángulo recto con los dientes, y centrarte en cada pieza (diente por diente) en vez de hacer un movimiento de fregado de lado a lado. 

6. Utilizar el cepillo de dientes equivocado

¿Manual o eléctrico? Un debate recurrente… 

A favor del segundo podemos decir que es muy difícil limpiar bien las muelas del juicio con un cepillo manual, por lo que a menudo la gente se salta la parte posterior de la boca durante el lavado. Sin embargo, un cepillo de dientes eléctrico puede limpiar las muelas del juicio mucho mejor sin necesidad de maniobrar demasiado. 

Un cepillo eléctrico también puede indicarte si estás aplicando demasiada presión sobre tus dientes y encías y te da una pequeña alerta para que sepas que el tiempo empleado es el suficiente.

Ya sea eléctrico o manual, ten cuidado al elegir las cerdas. Éstas deben ser suaves o medianas en lugar de duras, recuerda que quieres limpiar tus dientes con suavidad, sin dañar tus dientes y encías. Lo mismo ocurre con el tamaño del cepillo: un cabezal más grande no es necesario, ya que lo que quieres es cubrir la superficie de un diente cada vez (para asegurarte de que limpias cada diente con eficacia), y poder llegar a todas las piezas.

7. Usar un cepillo de dientes o un cabezal de cepillo de dientes viejo

Cuando las cerdas se desgastan, tu cepillado pierde eficacia. Por eso se recomienda cambiar el cepillo de dientes o el cabezal de los cepillos eléctricos cada 3 meses – piensa que debes reponerlo cada vez que cambie la estación si no recuerdas la fecha en que empezaste a usarlo.

También es importante cambiar el cepillo de dientes si has enfermado, las bacterias crecen en el cepillo y un cepillo nuevo puede evitar que te infectes de nuevo.

8. Usar el hilo dental sólo en la parte delantera de los dientes

Algunas personas utilizan el hilo dental sólo en los dientes que pueden alcanzar en lugar de hacerlo entre todos los dientes. El uso del hilo dental no se limita a eliminar la comida, sino que también elimina la placa fina y el biofilm entre los dientes y las encías, importante para evitar las caries y la enfermedad de las encías.

9. No usar cepillos interdentales

Siempre que sea posible, se recomienda utilizar un cepillo interdental junto con el hilo dental. Mientras que el hilo dental puede llegar entre las encías, si se utiliza correctamente, todavía se necesita un cepillo interdental para limpiar los lados de los dientes, que es un punto  al que el cepillo de dientes y el hilo dental a veces no tienen un fácil acceso.

10. Sustituir el hilo dental por el cepillado o el enjuague bucal

Un cabezal de cepillo de dientes electrónico con la función “acción de hilo dental” no sustituye al uso de este. Sería como enjuagar antes de limpiar.

Aunque los anteriores son “errores” generales, los consejos de higiene bucal pueden variar de una persona a otra, ya que dependen de una serie de factores relacionados con el individuo (como su estilo de vida, su genética y su salud bucal actual). 

Lo mejor es acudir a un higienista dental con regularidad, que podrá mostrarte las técnicas y ofrecerte recomendaciones personalizadas para el cuidado de tu salud bucodental en casa, y podrá realizar el seguimiento de dientes y encías que te dará la seguridad de que todo sigue bien.

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